Un trabajo del investigador del Instituto de Estudios Avanzados (IDEA) de nuestra Universidad, Dr. Pablo Lacoste revela que la industria del vino chileno - argentina, habitualmente asociada a las élites europeas como fundadores, en realidad surgió gracias al trabajo de los afroamericanos, tres siglos antes de la llegada de italianos y franceses.
Una tesis que derriba el mito del inmigrante europeo como fundador de la industria vitivinívola en Chile y Argentina propone el doctor en Estudios Americanos e investigador del Instituto de Estudios Avanzados de nuestro Plantel, Pablo Lacoste, quien lideró la investigación en el marco del proyecto Fondecyt “Denominación de Origen de productos agroalimentarios chilenos”, cuyos resultados fueron publicados recientemente en un artículo indexado en la prestigiosa revista Scielo y que contó con colaboración de la investigadora argentina, Marcela Aranda.
El tema cobra especial relevancia en Chile y Argentina, por tratarse de los principales productores en América. En Chile, la vitivinicultura es la industria emblemática nacional y principal exportación industrial; y en Argentina el vino ha sido declarado "bebida nacional". Como exportador, Chile es el primero de América y el cuarto del mundo; como productor, Argentina es el primero de América Latina y uno de los seis mayores a nivel internacional.
En palabras del también académico de la Universidad de Santiago, “la evidencia documental muestra cómo, desde mediados del siglo XVII hasta comienzos del XIX, los afroamericanos aportaron una parte significativa en las diversas tareas culturales necesarias para cultivar la viña, elaborar el vino y el aguardiente, envasarlo, transportarlo a los mercados y comercializarlo”.
Principales conclusiones
El investigador plantea que los africanos y sus descendientes tuvieron un papel relevante en el espacio vitivinícola de Chile y Argentina, cuyos sistemas eran similares al peruano, por el hecho de componerse de dos modelos: las grandes haciendas, por lo general en manos de las órdenes religiosas, con numerosos esclavos; y por otra parte, estaban las pequeñas propiedades laicas, que tenían un acotado número de esclavos.
Según el investigador, los afroamericanos aportaron una parte significativa en las diversas tareas culturales necesarias para elaborar el vino, pero “la industria construyó un relato muy blanqueado, muy europeizado sobre la identidad de este sector productivo. Lo que descubrimos, gracias a documentos originales e inéditos, es que hay una identidad propia, en donde los vinos del cono sur cuentan con un enorme protagonismo de los afroamericanos, quienes desarrollaban desde antes esta actividad económica”, explica el académico.
El investigador agrega que "la glamorosa industria del vino de Argentina y Chile, muchas veces asociada a las élites y a la gente rica, en realidad fue moldeada y surgió gracias al trabajo de los afroamericanos".
La primera prueba de su importancia data de 1807, cuando, según relata el estudio, se produjo una rebelión de esclavos en el Convento de San Agustín, en Mendoza, principal polo vitivinícola de la actual Argentina, y hasta poco tiempo antes, capital de la provincia de Cuyo del Reino de Chile.
“Los afroamericanos enfrentaron al convento, lo asaltaron y terminaron en la cárcel. La ciudad se vio sacudida por las tensiones, y la justicia solicitó declaraciones de los afectados. Un referente de la industria del vino manifestó su preocupación, pues los esclavos del convento eran los únicos que fabrican tinajas y botijas, y la necesidad nos pone en la precisión de tratar con ellos”, afirma el artículo.
Origen de la investigación
La nueva tesis del investigador de la U. de Santiago, surge a raíz de una serie de proyectos Fondecyt, realizados en los últimos 13 años, en donde se ha propuesto descubrir los orígenes e identidad de la industria vitivinícola en el Cono Sur de América.
Esta línea de investigación ha permitido desarrollar trabajos emblemáticos para Chile y con alta recepción. Tal es el caso de la comprobación que el pisco es chileno; o las investigaciones sobre productos de origen nacional, como la chicha, el queso chanco, el pajarete, el jamón de Chiloé, entre otros, que según el investigador tienen una profunda identidad chilena, al ser elaborados por los campesinos de nuestro país.
Entre ellos, el Dr. Lacoste, quiso ampliar el rango de investigación, averiguando sobre los protagonistas que dieron origen al vino; quienes trabajaban todo el día en la Viña, cultivaban, cosechaban, filtraban la uva, seleccionaban el vino, fabricaban las tinajas de greda, entre otros. “Haciendo el trabajo real y efectivo con sus manos, surgiendo así el notable protagonismo de los afroamericanos, los esclavos, negros, mulatos”, sostiene el académico.
La investigación se basa en documentos originales inéditos del Archivo Nacional de Santiago, y los archivos de Mendoza y San Juan, y a raíz de ellos, el investigador propone que los nuevos antecedentes implican “recuperar y resignificar el aporte del afroamericano, para lograr elevarlo a la altura de cofundador de esta industria”, sostiene.
Para conocer el detalle de la investigación, puede acceder al artículo indexado publicado en noviembre del 2016 en Estudios Atacameños de la Revista Scielo: Los Afroamericanos como cofundadores de la viticultura de Argentina y Chile.