Aunque hay distintas concepciones y maneras de entender lo que son las Matemáticas entre diferentes personas, instituciones, sociedades y civilizaciones, existe un gran consenso a nivel mundial respecto a su relevancia y trascendencia. Las Matemáticas son fundamentales para el desarrollo de las sociedades y el bienestar de sus ciudadanos. Mediante sus amplias aportaciones tanto a todas las ciencias como a la tecnología se han producido importantes avances en el desarrollo económico de los países, en el diagnóstico y tratamiento oportuno de enfermedades, en las diversas formas de comunicaciones y transportes, en la construcción de autopistas y edificios adecuados a las exigencias del medioambiente para hacer frente a los fenómenos naturales adversos, en la producción de alimentos, etc. Las Matemáticas nos ayudan a realizar una amplia variedad de tareas diarias indispensables para nuestra vida y necesarias para el quehacer humano. Es una de las disciplinas más importantes del legado cultural de nuestra sociedad, pues su dominio favorece que el ciudadano pueda desenvolverse de modo eficaz en la vida cotidiana. En general, podemos afirmar que es una disciplina esencial para el desarrollo sostenible del mundo en que vivimos.
Las Matemáticas también poseen un enorme valor formativo, jugando un rol primordial en el desarrollo cognitivo de las personas. Contribuyen al desarrollo del pensamiento lógico, a razonar ordenadamente, a cuestionar y formular hipótesis, a poner a prueba intuiciones, desarrollar teorías, y a resolver y crear problemas no solo científicos, sino también de la vida en comunidad. Por medio del estudio matemático se pueden identificar regularidades y patrones en fenómenos naturales y sociales, comprender relaciones y también establecer predicciones futuras. Todas estas habilidades de pensamiento típicamente matemático pueden ser utilizadas en otros dominios del saber. Guy Brousseau, reconocido como padre y creador de una nueva ciencia como es la Didáctica de las Matemáticas, resaltó que estas ofrecen a niñas y niños la valiosa oportunidad de iniciarse muy tempranamente en la racionalidad y en el tratamiento social de la verdad. ¿Cuándo y cómo se establece una verdad? ¿con qué tipo de argumentos? ¿cómo convencer a otros, o dejarse convencer por otros y cambiar de opinión? Este tipo de razonamientos y prácticas pueden emerger y desarrollarse de manera más fluida en matemática que en otros campos, ya que surge de manera natural la necesidad de esclarecer ciertos aspectos de las producciones realizadas y argumentarlos con relativa sencillez. De este modo, las y los estudiantes pueden llegar a ser pensadores críticos, autónomos e independientes, comprender el mundo y actuar sobre él, aportando de manera seria y profunda a la democracia.
Sin embargo, al lado de estos poderosos atributos, pero de manera opuesta e incluso contradictoria, encontramos que una gran mayoría de ciudadanos se siente lejano a las matemáticas, no las comprende, no las disfruta y mucho menos las sabe utilizar de manera eficaz en sus vidas. Tan bellas como tiranas, tan útiles como peligrosas señala el profesor David Block, destacado investigador en Didáctica de las Matemáticas, puesto que “…socavan con gran eficiencia la autoestima: se nos convence de que son importantes para desempeñarse en la vida y, al mismo tiempo, que no estamos dotados para comprenderlas”.
En esta línea y como evidencia clara de esta preocupante afirmación encontramos, entre otras fuentes, el último informe entregado por PISA en el año 2023 que arroja que el 56% de estudiantes chilenos se encuentra por debajo del nivel básico en esta prueba, porcentaje que se eleva al 72% al considerar las y los estudiantes de América Latina.
Entonces, ¿qué ocurre en las escuelas, colegios y liceos que, al revés de lo planificado y deseado, la mayoría de los alumnos no logra los objetivos de aprendizaje esperados ni el desarrollo de habilidades? Tampoco generan interés ni gusto por la matemática y, al contrario, van instalando progresivamente en sus trayectorias formativas una percepción negativa de sus propias capacidades para aprenderlas. ¿Es posible revertir esta situación?
Yves Chevallard, otro distinguido investigador en Didáctica de las Matemáticas, señala que necesitamos que las matemáticas que se enseñan en la escuela surjan de cuestiones y tareas cercanas y comprensibles para los niños y niñas. Además, es necesario que las respuestas encontradas por los estudiantes a los problemas planteados por los docentes puedan ser validadas por ellos mismos, de modo que, se responsabilicen matemáticamente de la validez de sus propias producciones. Pese a que todo conocimiento matemático tiene su origen en cuestiones problemáticas de naturaleza intra o extra matemáticas a las que responde, se suele olvidar el verdadero sentido de las obras matemáticas, sus razones de ser, y se termina creyendo que su principal interés y propósito es el de ser estudiadas en la escuela.
Dedicarse a estudiar estas problemáticas de manera científica constituye el corazón de la Didáctica de las Matemáticas, a la vez de proponer formas de enseñanza y una infraestructura didáctica adecuada para que las matemáticas puedan ser accesibles, comprendidas y aprendidas por todas y todos, según el momento histórico, social y cultural en que las sociedades se encuentren. Necesitamos con urgencia avanzar en esta dirección, comprendiendo y resguardando las condiciones bajo las cuales los procesos de enseñanza y aprendizaje de las matemáticas se puedan desarrollar con éxito. Para ello, hay que hacer frente de la mejor forma posible a las restricciones de todo tipo que pueden presentarse en las instituciones escolares donde se realizan dichos procesos. No se trata de encontrar recetas mágicas para los problemas de la enseñanza, lo que ayer era útil hoy se ha convertido en un obstáculo, sino que de elaborar perspectivas y construir herramientas que nos permitan entender los fenómenos didácticos asociados a dichos procesos y así poder actuar acertadamente sobre ellos.
Contar con un día internacional de las Matemáticas pretende recordar que tanto nuestra sociedad como toda la comunidad internacional tiene el compromiso de favorecer el acceso a las Matemáticas de todos los niños y niñas de nuestro Planeta y, en especial, aquellos que se encuentran en países en desarrollo. Así, el objetivo es que niñas y niños aprendan a pensar por sí mismos, puedan abordar los problemas del mundo de hoy y del mañana, y se conviertan en ciudadanos libres, autónomos y resolutivos para la sociedad del presente y del futuro.
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Columna de opinión de la Dra. Lorena Espinoza Salfate, académica del Departamento de Matemática y Ciencia de la Computación – Facultad de Ciencia y directora del Centro Felix Klein - Universidad de Santiago de Chile.
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