En el marco de la escuela de invierno impulsada por la empresa Huawei y la Universidad de Santiago de Chile, el Centro de Innovación FING desarrolló una clase sobre innovación a estudiantes de enseñanza media. La actividad contó con más de 100 alumnos que de manera participativa y lúdica pudieron interiorizarse y conocer más acerca las distintas temáticas presentes dentro del ecosistema.
Por medio de un programa que tuvo la duración de una semana, la Facultad de Ingeniería y la Facultad Tecnológica de la Usach, además de profesionales de Huawei, impartieron distintos cursos y talleres con temáticas que cada vez marcan más tendencia e importancia dentro de la sociedad: la tecnología y la innovación.
Estudiantes de liceos en sus últimos años de enseñanza media técnicos profesionales y de otros científico- humanistas, compartieron en su periodo de vacaciones junto a docentes y profesionales de nuestro Plantel, bajo la premisa de continuar adquiriendo conocimientos para su formación personal.
Bajo este contexto, Lorena Victoria Durán, encargada de Diseño y Prototipado del Centro de Innovación de la Facultad de Ingeniería, estuvo a cargo de impartir la clase y posterior taller de innovación.
La actividad se desarrolló en dos instancias utilizando la mañana de la jornada para efectuar una clase acerca de lo que se entiende por innovación y sus distintas variantes, para ya por la tarde llevar a la práctica lo aprendido utilizando métodos y herramientas para iniciar los primeros pasos dentro de esta actividad.
Dentro de la cátedra, la expositora enseñó a los estudiantes el marco general en el que se mueve el ecosistema, destacando ejemplos de organizaciones reconocidas a nivel mundial que no lograron reinventarse e innovar para mantener a flote sus iniciativas, destacando de esta manera el importante significado que tiene innovar en estos tiempos de tantos cambios dando así definiciones y conceptos que se manejan en el medio sobre la propia innovación.
“La innovación es la introducción de un nuevo, o significativamente mejorado, producto (bien o servicio), de un proceso, de un método de comercialización o de un nuevo método organizativo, en las prácticas internas de la empresa, la organización en el lugar de trabajo o en las relaciones exteriores”, según la definición de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, comentó la representante del Centro de Innovación.
De acuerdo a lo explicado y bajo la línea de lo referenciado por Durán, son cuatro los tipos de innovación que se diferencian unos de otros para su desarrollo específico dentro de cada parte de una iniciativa: producto, proceso, comercialización y organización. Según estos tipos, se encuentran sus categorías donde se destaca la innovación disruptiva, que tiene que ver con algo que no era conocido; la innovación incremental, que apunta las mejoras de lo ya existente; y, por último, la innovación la lateral, que se refiere a las aplicaciones de otras industrias.
Los caminos para desarrollar la innovación son variados y para generar una nueva iniciativa es importante llevarlas a su fase de transferencia bajo un orden sistematizado, señaló Lorena Victoria Durán. “Existen muchas metodologías para innovar y muchos caminos para desarrollar la actividad, pero si no se cumplen ciertas etapas para su desarrollo, este no sería un proceso de innovación verificado. Las innovaciones si o si tienen que ser traspasadas al mercado”, dijo.
Una de las metodologías vistas para el desarrollo de la innovación fue el Design Thinking (Pensamiento de Diseño en español), “proceso que permite o facilita la solución de problemas, el diseño y desarrollo de productos y servicios de todo tipo y sectores económicos, utilizando para ello, la innovación, creatividad y equipos altamente motivados, como motores de funcionamiento”, explicó la encargada de Diseño y Prototipado del Centro de Innovación.
La segunda parte de la actividad, estuvo marcada por la utilización de esta metodología donde el trabajo colaborativo y la sistematización fueron clave para que las y los estudiantes pusieran a prueba lo visto en la clase, desarrollando así un trabajo de innovación que se basó en los cinco pasos que postula este método dentro de su sistematización: empatizar, definir, idear, prototipar y evaluar.
La Escuela de Invierno responde al vínculo directo entre Academia e industria que ha desarrollado la Universidad de Santiago logrando así abrir espacios al conocimiento y aplicabilidad de la tecnología en la vida actual para distintos actores de la sociedad como lo fueron en este caso los establecimientos de educación científicas y técnicas del sector.
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