El Laboratorio de Exploración en Materiales Arquitectónicos Ambientales (LEMAA), de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Santiago de Chile, se adjudicó recientemente un Fondart Nacional 2021 en la línea de Diseño. Se trata del proyecto SUMI, nombre simbólico que condensa la idea de un panel fabricado con residuos plásticos.
Sobre el nombre de la iniciativa, Hugo Pérez, docente de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Santiago de Chile, además de responsable y coordinador general del proyecto, señala que “es una derivación de SUMY, nombre de uno de los barcos pesqueros rusos que participaron durante la Unidad Popular, en lo que se llamó ‘la batalla de la merluza’, iniciativa de Allende que buscó transformar parte de nuestro aparato productivo desde una perspectiva del bien común”.
Sobre este punto, agregó que la filosofía detrás del proyecto y del LEMAA en general es similar, ya que buscan “reproducir un modelo de producción industrial disruptivo, distinguiendo una reformulación del proceso desde preocupaciones de base, como lo es la materia prima secundaria que ocuparemos en el panel hasta el montaje”.
La iniciativa es integrada por Daniel Escobar, como director del proyecto; María Paz Jiménez, coordinadora de prototipos de prueba; Alexandre Carbonnel, coordinador de fabricación de los paneles SUMI finales, y Hugo Pérez, como responsable y coordinador general.
Asimismo, colabora la profesora Constanza Ipinza del Laboratorio de Acústica de la Escuela de Arquitectura y el profesor Cristóbal Moreno, diseñador industrial y jefe de carrera de Diseño Industrial.
Socio comunitario
El principal objetivo del proyecto SUMI radica en demostrar que es posible realizar, desde la manufactura del reciclaje, un resonador acústico similar o mejor a los existentes actualmente en el mercado, no con el fin de generar una patente, complementa Pérez, “sino de aportar a un territorio de investigación emergente en nuestro país, como lo es el de pensar una segunda oportunidad para nuestros residuos, abordando ‘de facto’ consideraciones en torno a la economía circular o el ecodiseño, discursos que suenan muy pertinentes, pero que resultan difíciles de aprehender y llevar a la práctica”.
La iniciativa incorpora como socio comunitario al Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, entregándoles un objeto útil (paneles SUMI), que les permitirá resolver problemas acústicos. El vínculo entre las partes fue gestionado por la Unidad de Vinculación con el Mundo Público y Social de la Vicerrectoría de Vinculación con el Medio.
Sobre las características del panel, Pérez señala que es el resultado “de una sumatoria de unidades fabricadas con PEAD reciclado. Cada unidad tributará a resolver un problema de absorción del ruido y en conjunto buscará mejorar las condiciones acústicas del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos. En este sentido, se ha planteado como un panel ‘móvil’, atendiendo la propia solicitud del museo respecto a lo versátil de sus actividades dentro de sus dependencias”, explicó.
En términos de su producción, la iniciativa estableció vínculos con la empresa “Plásticos Los Cerrillos”, con experiencia en la fabricación de objetos de plástico. Igualmente, proyecto SUMI también incorporará a estudiantes del electivo de ‘Arquitectura Plástica’ de quinto año.
Vinculación con actores sociales
Sobre las motivaciones para postular a esta edición de Fondart Nacional, estas consideraron dos dimensiones. La primera, desde la práctica investigadora. “Tenemos un compromiso social y ambiental para con nuestras investigaciones y aportar a la línea de ‘reciclaje y revalorización’ que hay dentro de la Escuela de Arquitectura”, enfatizó Pérez.
La segunda, vinculada con complementar conocimientos generados en LEMAA sobre el reciclaje mecánico de plásticos. En ella el equipo vislumbró una oportunidad para profundizar en investigaciones en torno al diseño de objetos y la manufactura, prácticas en desarrollo dentro del laboratorio.
Junto a ello, postular a este concurso planteaba desafíos y posibilidades de vinculación con otros actores sociales y culturales, con una posibilidad de visibilizar abiertamente el conocimiento mediante un producto específico para el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos.
En ese sentido, “es un impulso para todo el equipo a seguir creyendo en nuestro propósito, el cual es posicionarnos como un referente nacional como Laboratorio de Arquitectura en el desarrollo de materiales desde el reciclaje”, añadió Pérez.
Sobre la adjudicación del proyecto, consideró que complementa los avances emprendidos en LEMAA en torno a la revalorización del plástico, desde una nueva dimensión morfológica y productiva.
El proyecto se desarrollará durante todo 2021, pero la intención del equipo es montarlo en el museo durante el mes de octubre.
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La iniciativa tiene como principal objetivo demostrar que es posible realizar, desde la manufactura del reciclaje, un resonador acústico similar o mejor a los existentes actualmente en el mercado. La iniciativa incorpora como socio comunitario al Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, entregándole un objeto útil (paneles SUMI), que les permitirá resolver problemas acústicos específicos.
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