Estudiantes de la Universidad de Santiago representan a Chile en concurso internacional de economía circular

Los alumnos del Plantel desarrollaron un proyecto que busca paliar el hacinamiento en el país gracias a paneles aislantes de sonido ecológicos, que permitiría dar una mayor privacidad a las personas. Los participantes compiten por más de $30.000 USD para financiar sus proyectos que buscan ayudar a sus comunidades.

Camila Castillo, Fernanda Vera, Franco Álvarez y Yadin Heraldo son estudiantes de la Universidad de Santiago que están representando a Chile en una nueva versión de The Wege Prize, donde buscan combatir el hacinamiento con paneles aislantes ecológicos que contribuyan a potenciar la economía circular en el país.
 
Wege Prize es una competencia anual donde estudiantes universitarios de todo el mundo ponen a prueba sus habilidades y capacidades para resolver distintas problemáticas culturales y sociales mediante el desarrollo de la economía circular. En esta instancia los participantes compiten por más de $30.000 USD para financiar sus proyectos que buscan ayudar a sus comunidades. 
 
En esta oportunidad, los estudiantes de la Universidad de Santiago junto a Nazareth Flores, alumna de diseño de la Pontificia Universidad Católica de Chile, han llegado a ser semifinalistas y se encuentran a la espera de los resultados para ver si logran pasar a la siguiente etapa.
 
De desecho a materia prima
 
Para el grupo universitario el hacinamiento y la falta de privacidad son algunos de los principales problemas que enfrentan los habitantes de Santiago. Sin embargo, creen que con la construcción de paneles aislantes de sonido podrían generar una mayor intimidad en la vida de las personas. El único problema es que los materiales para su construcción son altamente contaminantes.
 
“En ese momento nos separamos con la misión de que cada uno viera en su entorno algo que hoy en día sea tratado como desecho, pero que tenga las características para ser la materia prima que necesitamos”, declaró Camila Castillo, estudiante de último año de Ingeniería Comercial. 
 
Camila fue la que notó la presencia de las hojas de palmeras cortadas y tiradas por la calle: “Les pregunté a los chiquillos si en sus casas pasaba lo mismo y fue en ese momento que nos dimos cuenta que estaban por todas partes”.
 
Ahí comenzaron todas las investigaciones y las noches en vela para saber si su producto funcionaba. Fernanda Vera, alumna de Ingeniería Civil Química, agregó que la singularidad del proyecto yace en que “lo que siempre fue considerado como residuo, hoy tiene otra finalidad. También, como no hay un proceso extractivo de por medio, no estaríamos dañando la vida de ningún ecosistema”. Sostuvo que será accesible para todos los bolsillos por su bajo costo de realización.
 
Para Yadin Heraldo, estudiante de último año de Ingeniería Comercial, otra importante característica de su proyecto es que “al ser un producto orgánico, cuando cumpla su vida útil de aislante, puede ser depositado en la tierra y ser un aporte cuando se deshaga”.
 
Camila Castillo complementó la visión de sus compañeras señalando que con este proyecto potencian el uso de recursos nacionales puesto que en Chile hay muchos tipos de palmera que incluso, se llegan a exportar. “Entonces lo relevante es que si bien, en un principio se buscó darle un fin más sofisticado a un desecho, también podemos promover el uso de los recursos naturales que se encuentran en nuestro país”, comentó la estudiante.
 
Inventar en pandemia
 
Sin embargo, no es todo de color rosa. La pandemia los ha afectado muchísimo, pues en el grupo hay quienes nunca se han visto presencialmente. Franco Álvarez, estudiante de tercer año de Ingeniería Física, remarcó que “estamos haciendo un producto que funciona en base a la colaboración de distintas personas y de distintas disciplinas, entonces hacer el prototipo experimental online ha sido lo más complicado”.
 
Pero la motivación la encuentran entre ellos mismos, argumenta Yadin Heraldo, pues “tenemos un compromiso gigante hacia el proyecto y a pesar de que no nos conocíamos mucho, hemos agarrado confianza de a poco, lo que nos ha permitido llegar a ser semifinalistas en la competencia”. 
 
Fernanda Vera consideró que, pese a la pandemia, han logrado unificar bien todas las ideas y dar diferentes perspectivas para el mismo proyecto, “podemos ver todos los ángulos de nuestra problemática principal y por ende, construir soluciones a la base de todas nuestras observaciones”, comenta.
 
“Gracias a nuestros talentos, habilidades y conocimientos pudimos crear esta idea para solucionar una problemática que afecta a una gran parte de la población”, afirmó Camila Castillo. Mientras que Franco Álvarez, planteó que la principal motivación “es ser ganadores y representar a Chile en este concurso”. 
 
Los estudiantes también aseguraron que el apoyo entregado por los profesores de la Universidad de Santiago ha sido fundamental para llegar a ser semifinalistas y recalcaron que la formación entregada por sus respectivas carreras les ha ayudado a potenciar la creatividad, el pensamiento crítico y el trabajo en equipo que les ha permitido desarrollar la idea de los paneles aislantes. 
 
El 22 de marzo el jurado de Wege Prize anunciará a los grupos finalistas, mientras tanto, Camila, Fernanda, Franco y Yadin, esperan ansiosos los resultados.

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