En encuentro impulsado por el Instituto de Estudios Avanzados, más de 60 personas analizaron cómo la Literatura Infantil y Juvenil chilena y latinoamericana ha ido explorando nuevas formas y discursos, con características locales, para entregar valores a niños/as y jóvenes.
Con la idea de continuar la reflexión en torno a los derechos humanos y la dictadura, el pasado miércoles (15) el Instituto de Estudios Avanzados realizó el seminario Literatura Infantil y Juvenil (LIJ) y Derechos Humanos, que contó con una gran concurrencia.La escritora, profesora del Diplomado en LIJ del Idea y una de las organizadoras del evento, María José Ferrada presentó su nueva producción: el libro Niños, dedicado a los pequeños ejecutados y detenidos desaparecidos durante la dictadura. “Este seminario nació porque hay una distancia histórica que nos permite ver la producción que ha habido en los últimos 20 años para analizar estos temas y empezar a conversar”, señaló.Por su parte, la encargada de la Vinculación con el Medio del Idea, Carmen Gloria Bravo, explicó que habrá más jornadas como ésta para abordar más temáticas relacionadas con derechos humanos. “Partimos con ésta, porque es un enfoque que no se ha visto, y creemos que la conmemoración de los 40 años del Golpe de Estado no ha terminado. La construcción en la memoria tiene que ser permanente”, dijo. Los próximos encuentros estarán enfocados a las dictaduras latinoamericanas y a aspectos como la migración.Roberto Cabrera, Ana Cruz y Anahí Troncoso, acompañados de Claudia Andrade, compartieron con el público, compuesto en su mayoría por profesores, sus planteamientos en torno a la evolución de la LIJ.La editora y Master en edición, Ana Cruz, opinó que aún falta que la sociedad cierre las heridas sociales que dejó el Golpe de Estado y que “podamos tratar los libros de la dictadura como libros de cualquier tema y que no nos compliquen tanto. Lo mejor que podemos hacer es esforzarnos en hacer libros de buena calidad, porque finalmente la literatura no es un medio, sino un fin en sí misma, crea seres humanos más sensibles, con historias para compartir, y hay que tener cuidado de no instrumentalizarla”.En tanto, Anahí Troncoso, candidata a Magister en Literatura por la Universidad de Chile, se refirió a la necesidad de no subestimar este tipo de literatura por estar destinada a niños. “Me parece maravilloso que haya venido tanta gente”, indicó explicando que hay mucho por hacer, ya que “aún es difícil articular el tema, porque hay muchos elementos que no han sido sistematizados, como el análisis literario de las obras, de los discursos literarios y de las significaciones se pueden hacer”.La especialista apuesta, además, a valorar los libros infantiles no sólo como declaraciones, sino como obras que se interpretan y leen de distintas formas. “La literatura busca remover algo en el lector y qué significancia el lector le da a esto”, sostuvo.El profesor del Diplomado en LIJ del Idea, Roberto Cabrera, también agradeció la respuesta de los asistentes para conversar sobre este tema, que ha adquirido importancia gracias a la evolución del mercado de libro y al mismo tiempo, por la ejecución de políticas culturales públicas, como la implementación de bibliotecas destinadas a niños, como la Biblioteca de Santiago. “Una biblioteca como esa, que fue muy criticada, perdura y, ahí donde está, convoca gente y transforma los hábitos de lectura, creando una cultura en torno a los libros”, señaló.“Empecé a trabajar el tema de la literatura infantil en 2008 y entonces, esto (la sala llena) era imposible. Es una muy buena señal”, agregó.El impacto del álbumEn la jornada se analizó el libro álbum Camino a Casa, de Jairo Buitrago con ilustraciones de Rafael Yockteng (2008) y también se profundizó en la evolución e influencia de esta clase de publicaciones.“Camino a Casa tiene todas las características del libro álbum, donde la imagen en lugar de ilustrar y estar supeditada a la historia, la complementa”, indicó Anahí Troncoso.Al respecto, Roberto Cabrera acotó que “a Bibliometro le debemos buena parte de la difusión de los álbumes” y señaló que este formato “presenta una evolución súper clara: la imagen ha ganado de a poquito espacio al texto, hasta que en las actuales publicaciones la imagen es principal y a veces el texto puede quedar en ridículo”.Finalmente se refirió al crecimiento de la LIJ a nivel regional: “Camino a Casa es un muy buen ejemplo de cómo desde Latinoamérica se puede responder de manera muy original a un género que es originalmente anglosajón. No por nada, en las cinco versiones del Concurso Internacional Compostela de Álbumes Ilustrados, cuatro veces han ganado latinoamericanos”.