El “Milicogate”, el “Pacogate” y la filtración de chats entre el abogado Luis Hermosilla con personas en altos cargos públicos, en ámbitos judiciales y políticos, derrumbó la imagen de que Chile no era un país corrupto. Incluso, según el Estudio N°20 de IPSO, la percepción de que las instituciones públicas en Chile son muy corruptas alcanza un 73%.
¿Aumentó este tipo de delito con el paso de los años? ¿Quiénes son los que cometen más actos corruptos y cuáles son las áreas de mayor riesgo? Pietro Hernández Pasqualetti, prefecto en retiro de la PDI con más de 30 años de servicio y quien fuera jefe de la Brigada Anticorrupción de dicho organismo, realizó una charla magistral en la Sala de Conferencias de la Facultad Tecnológica para profundizar en este tema.
El experto señaló que efectivamente hay un alza en estos delitos, ya que “han ingresado más casos de corrupción al Ministerio Público, pero no necesariamente este aumento tiene que ver con que hay más corrupción en Chile. Creo que hoy día hay una mayor institucionalidad y esa mayor institucionalidad se suma a los medios de comunicación, lo que hace que hoy día la corrupción se esté visibilizando”.
Pasqualetti subrayó la relevancia de ahondar en esta temática en las universidades. "Creo que es importante, es sumamente importante, más aún cuando la nueva ley 2393, en virtud a la modificación que tuvo por la ley del delito económico, establece que las universidades son responsables ahora penalmente de los delitos que se cometan en su beneficio. Por tanto, hay sanciones que son millonarias, a las cuales se pueden ver afectadas, no la persona que lo comete, porque si es en beneficio de la universidad, pueden existir sanciones a lo que es la universidad y el riesgo reputacional va a ser tremendo. Entonces es bueno que se informen", indicó.
Áreas de mayor riesgo
De acuerdo con el Reporte a las Naciones 2024 de la Association of Certified Fraud Examiners (ACFE), las áreas de mayor riesgo en las organizaciones para la ocurrencia de fraudes y esquemas de corrupción son aquellas que manejan recursos financieros significativos, tienen una alta interacción con terceros, y carecen de controles internos adecuados.
El informe de la ACFE revela que los altos ejecutivos y gerentes son los perpetradores más comunes en los esquemas de corrupción, representando una mayor parte de los casos. Dado que estos individuos tienen autoridad discrecional sobre contratos, adquisiciones y licitaciones, tienen más oportunidades de cometer actos corruptos sin supervisión adecuada.
El exjefe de la Brigada Anticorrupción de la PDI agregó que “según los registros de la Comisión de los Delitos de Corrupción, que están en sintonía también con los últimos estudios de la ACFE, los mayores delitos, o donde uno debe poder poner foco, ya que provocan mayores pérdidas a las instituciones o a las organizaciones, son las que cometen la alta dirección”.
En esa línea, explicó que en “términos más coloquiales del 100% de los casos de corrupción que hay en una organización, el 60% son cometidos por los empleados de menor nivel, pero solamente provocan pérdidas por el 5%. En cambio, al revés, la alta dirección es donde menos se cometen delitos de corrupción, que uno podría hablar de un promedio del 10%, pero dentro de las pérdidas que se producen por materia de corrupción son altísimas, ya que corresponden al 75%”.
Para identificar las circunstancias que contribuyen a la ocurrencia de corrupción, el prefecto en retiro de la PDI indicó que hay que asumir que existe una correlación inversa entre la percepción de corrupción y el control de la corrupción. Indicó que en los países que son percibidos por la población y agencias como los más corruptos del mundo, justamente son los que poseen sistemas de control de corrupción más limitados y deficientes, y viceversa.
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