“Estudio en esta Universidad por el sello de responsabilidad social que la caracteriza”

Nacida en Talca, Región del Maule, esta joven de 22 años y estudiante de segundo año de Medicina, comenzó sus actividades deportivas a los 10 años y desde entonces ha sumado importantes logros en su carrera, siendo parte, por ejemplo, de la selección nacional por más de ocho temporadas hasta fines del año pasado. Este año, junto a su equipo se preparan para comenzar a disputar el campeonato Fenaude y alcanzar un cupo en el Nacional.

“Todos mis amigas y amigos estaban en handball. Yo hacía teatro, algo nada que ver. De copiona me anoté en este deporte y resultó que salí buena”. Así cuenta Pía Carolina Domínguez Alvear su inicio en el balonmano a los 10 años.Desde entonces, y de manera ininterrumpida, la joven se ha dedicado con pasión a esta disciplina. A los 13 años ingresó a la selección nacional gracias a la gestión de su entrenador.Oriunda de Talca, región del Maule, Pía estudió en el Colegio Montessori hasta cuarto medio. Sin embargo, eran frecuentes los viajes a Santiago para entrenar como seleccionada nacional de handball, por lo que el ingreso a la Universidad de Santiago en 2014, dejando a su familia en el sur, no resultó ser tan complicado.Siempre supo que quería ser médico, pero la prioridad para entrar a la carrera de Medicina por cupo deportivo fue para otro estudiante. Ante ello, Pía optó por Enfermería y cuando llegó la oportunidad de cambiarse gracias a la beca de Excelencia Deportiva, no lo pensó dos veces y lo hizo.“Esta Universidad me ha traído muchas alegrías. Estudio en esta Universidad por el sello de responsabilidad social que la caracteriza. Además me encanta pertenecer a un Plantel donde existe un real interés por las personas. Los profesores se preocupan de los estudiantes”, destaca la joven.Una leona             Entre los logros más importantes de Pía –además de ser seleccionada nacional-, está su participación en un campeonato Panamericano en la categoría adulta. Por la selección de la Universidad, su mayor triunfo ha sido en 2016, cuando el equipo obtuvo el segundo lugar en el torneo nacional, tras disputar la final con la PUC.“El equipo de balonmano de la Universidad se supera cada año y vamos acortando la distancia en el marcador con nuestro rival más fuerte que es la U. de Chile. En el mismo nacional del 2016 las dejamos fuera de la final”, remarca la lateral del equipo.Como capitana se considera un apoyo para sus compañeras tanto fuera como dentro de la cancha. “Si cometen algún error, las motivo, no las reto y siempre intento subirles el ánimo para mantenerlo alto durante todo el partido”, explica la joven que además califica a su equipo como un grupo unido y lleno de garra.El equipo ahora se prepara para el campeonato Fenaude, clasificar al Nacional y lograr estar entre los 4 primeros lugares. Por la garra no se quedan. Una motivación adicional es la llegada de tres jugadoras de élite.Fuera de la cancha En sus tiempos libres, Pía entrena “pero igual le hago un espacio a mi pololo”, ríe. La joven es novia de un estudiante de Educación Física de la Universidad Andrés Bello, que también es voleibolista de la selección nacional. Tiene 21 años y es de Rancagua.Ambos se conocieron estando lesionados mientras entrenaban en el Centro de Entrenamiento Olímpico (CEO). “Los dos estábamos con sesiones de kinesiólogo y ahí se dio todo”, sonríe.“Para mí es normal pololear con un deportista. Él ocupa mucho tiempo en su deporte y yo también en el mío. A veces nos vemos los fines de semana, pero es algo normal para los dos, nos entendemos”, agrega.Pasión“El handball es parte de mi vida y no he pensado dejarlo”, asegura Pía, pese a lo complicado que ha sido compatibilizar la parte deportiva y la académica.La joven jugadora reconoce que la Universidad ha sido un apoyo fundamental. “Si tengo campeonato, los profesores me dan facilidades, la Universidad también y mi entrenador es un papá para mí aquí en Santiago”, explica.Si bien todavía no tiene decidida la especialidad que va a seguir, Pía enfatiza que le gustaría aportar desde la Medicina al ámbito deportivo, tal vez Traumatología.Por ahora, la joven se dedica a motivar a otras niñas a formar parte del balonmano a través del club Leonas, una agrupación fundada en 2016 de manera externa, y donde también es capitana. “Es bonito que niñas más pequeñas te vean como un referente y te pidan consejos. Me gusta mucho enseñar”, recalca.En el balonmano ha hecho sus más grandes amistades, así como en la Universidad. No es una sorpresa que deba competir con amigas. De hecho, cuenta que una de sus más cercanas es la arquera de la Universidad Católica. Aun así ella insiste en que los partidos se hacen más bonitos. “Cuando me toca un penal, nos reímos. Nunca nos hemos enojado. Al final es un abrazo. De eso se trata el deporte”, concluye.

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