A través de la historia, el cobre ha sido reconocido por su propiedad antimicrobiana, siendo desplazado de los tratamientos médicos cuando emergieron los antibióticos. Mientras el mundo se enfoca en tratar el COVID-19 con el desarrollo de kits de prueba y futuras vacunas, la prevención toma cada vez mayor protagonismo.
“Son muchos los investigadores que indican que las aleaciones de cobre tienen el potencial para controlar la propagación de enfermedades infecciosas, junto con mitigar el impacto de futuras pandemias” indicó el Dr. Rodolfo Mannheim, experto en cobre e investigador del Departamento de Ingeniería Metalúrgica de la Facultad de Ingeniería.
Una onza de cobre de prevención es mejor que una libra de tratamiento en el COVID-19, precisó el investigador que sostiene que las informaciones sobre las posibilidades de este material crecen en aplicaciones. Un artículo reciente del “Journal of Medicine”, escrito por Van Dorenmalen, observó que el SARS-CoV-2, que es la nueva cepa de Coranavirus, retiene la infectividad en aerosoles y una variedad de superficies comunes por largos períodos de tiempo.
Mientras el virus seguía siendo infeccioso en plásticos y en acero inoxidable, por 48 y hasta 72 horas, se observó una inactivación en 4 horas con una aleación de cobre de 99,9.
“El Coronavirus humano (Hu-CoV-229E) causa un amplio espectro de trastornos pulmonares. Un artículo publicado en 2015 mostró que el Hu-CoV-229E se mantuvo infeccioso después de una exposición al teflón, al PVC, cerámicas, baldosas, vidrio, caucho de silicona y acero inoxidable, pero se inactivo rápidamente en cobre y latón, es decir, en aleaciones ricas en cobre y cobre níquel. Se logra una pérdida completa de efecto infeccioso después de una exposición de 5 minutos, dependiendo de la aleación probada”, comentó el Dr. Mannheim.
Estos resultados, ahora, son especialmente relevantes para el estudio de la propagación de las enfermedades en espacios públicos, porque “la inactivación que produce el cobre no está limitada al Coronavirus, y obra sobre otros virus con diferentes estructuras”, destacó el académico. “La longevidad de la actividad antimicrobiana de las aleaciones de cobre, debiera ser considerada aún más al seleccionar materiales para componentes a usar en espacios públicos, lo que abre un amplio espectro de desarrollo a este noble material, en el sector salud”, comentó el investigador de la Facultad de Ingeniería.
Gracias al explosivo desarrollo que ha tenido la producción de nanocobre y microcobre en los últimos años, se ha incentivado un sinnúmero de nuevos usos en el campo de las pinturas. El hecho de agregar nano o microcobre a las pinturas comunes o poliméricas, ha demostrado tener un rotundo éxito en la disminución de enfermedades intrahospitalarias. “No obstante lo anterior, se requieren estudios adicionales para corroborar que no se generarán efectos colaterales en el uso de estas pinturas, las que pueden tener efectos contraproducentes que empañen sus beneficiosos antimicrobiales”, concluyó el Dr. Mannheim.