La Comisión Mixta que revisa el proyecto de Ley de Identidad de Género en el Congreso aprobó la iniciativa que permite a menores de 14 años cambiar su sexo en los registros de los Tribunales de Familia, siempre que cuenten con la autorización de sus tutores legales. Esto, pese al rechazo del oficialismo. “Esto atenta contra el derecho a la identidad que está consagrado en la Constitución”, sostuvo la senadora y presidenta de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe.Sin embargo, para el psicólogo infanto-juvenil y profesor de la Escuela de Psicología de la Universidad de Santiago, Rodrigo Báez, la posibilidad de legislar que se abre en el Congreso constituye “un avance muy relevante”, ya que sincera una situación real que viven las personas transgénero y aporta a su propia aceptación, al ser reconocidos por el resto como ellos mismos se perciben. De hecho, considera que no hacerlo les generaría “trabas que limitan su desarrollo”.“Hay posiciones culturales que dicen que esto no puede ser y que lo ven casi como una aberración, pero es una realidad que viven muchas personas”, insiste el profesional del Centro de Atención Psicológica (CAP) del Plantel estatal. “Se trata de aceptar una condición con la que se viene y se relaciona con la tolerancia por la homosexualidad. Alrededor de 1970, todavía se percibía como una enfermedad, como algo que había que modificar, pero eso ha cambiado”, enfatiza.Aunque reconoce que una persona que efectúe este procedimiento podría arrepentirse más tarde y llegar a la conclusión de que no es transgénero, considera mucho más importante permitir esa opción que cerrar la puerta a realizar dicho trámite.“Alguien que quería ser mujer, se operaba y físicamente quedaba como tal, pero las investigaciones señalan que, aun así, las personas transgénero se deprimían después de dicha operación. Ahí hay un concepto errado, porque lo transgénero es una condición en sí misma”, sostiene.Finalmente, valora que el proyecto contemple la autorización de los tutores, ya que asegura una primera red de apoyo al menor que desea efectuar el cambio registral. No obstante, advierte que también es primordial que los padres sean apoyados por la comunidad, ya que provienen de generaciones distintas a las de sus hijos. “Esta es una situación que algunos sectores prefieren frenarla o no verla por un tema personal”, enfatiza. “Es como la votación del aborto en Argentina, donde un diputado señala que no está a favor del procedimiento, pero que su deber de legislar no solo tiene que ver con lo que él cree personalmente, sino con lo que la sociedad necesita”, concluye.
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El psicólogo infanto-juvenil y profesor de nuestra Casa de Estudios, Rodrigo Báez, califica como un avance relevante la aprobación en comisión mixta del Congreso del proyecto que permitiría a menores de 14 años formalizar ante los Tribunales de Familia la modificación de sexo. El académico detalla que no permitir el cambio puede generarles “trabas que los limitan en sus procesos de formación como individuos”.
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