Bachillerato en Ciencias y Humanidades: Promoviendo la inclusión y formación integral en el país

Por casi tres décadas, el Bachillerato en Ciencias y Humanidades de la Universidad de Santiago de Chile ha consolidado su modelo interdisciplinario e integrador. Junto con entregar un completo acompañamiento vocacional y académico a estudiantes que no tienen clara la carrera a seguir, acoge a los alumnos de los programas de inclusión como el Propedéutico y el Ranking 850.  

El 29 de noviembre de 1993 se crea el Bachillerato en Ciencias y Humanidades de la Universidad de Santiago de Chile, un programa académico interdisciplinario e integral, de dos años de duración, cuyo objetivo es que los alumnos reciban una formación universitaria de excelencia en estas dos áreas.
 
La unidad entrega un acompañamiento vocacional y académico a estudiantes que no tienen claridad de la carrera que seguirán. Además es la vía de ingreso a la Educación Superior de aquellos jóvenes provenientes de establecimientos vulnerables, quienes acceden a través de los programas de inclusión como el Propedéutico y Ranking 850.
 
Nace con un criterio de admisión basado en el mérito escolar orientado a combatir la deserción y repitencia causadas por el desconocimiento de las carreras universitarias o una insuficiente orientación profesional. Cada año son alrededor de 200 jóvenes los que ingresan a la Educación Superior por esta vía.
 
Educación para la Paz
 
La Directora Dra. Marcela Orellana Muermann, señala que "en sus principios, el Programa declara su sello de Educación para la Paz, basado en los principios de la Unesco. Esto se implementa de manera transversal en la malla curricular gracias a la participación y compromiso de los profesores y profesoras".
 
"Es así que en asignaturas como Saber Filosófico, Psicología General, Taller de Comunicación Oral y Escrita, TPI+S y Cultura Musical, entre otras, los objetivos, contenidos y metodologías han sido modificados y adaptados para poder colaborar con este sello común", sostiene el coordinador docente y profesor de la asignatura Cultura Musical del programa, Javier Bossart. 
 
Estos y otros cursos, agrega, buscan "dejar una huella en nuestros estudiantes, por la cual se vuelvan agentes de construcción social positiva, proactiva y dialogante, aceptando y valorando distintas visiones de la sociedad dentro de un marco de respeto". 
 
"Para nosotras y nosotros, que formamos la comunidad Bachillerato, la educación debe ser siempre un instrumento poderoso de movilidad social, de promoción del pensamiento crítico y centro permanente de cultivo de la equidad y el buen vivir", puntualiza el académico y doctor en Antropología Social y Cultural, Marcelo Martínez Keim.
 
Cabe precisar que el primer año los estudiantes tienen asignaturas obligatorias y otras electivas, mientras que en el segundo, solo una de estas es ofertada por Bachillerato y las demás pertenecen a sus carreras de destino.  
 
Sello inclusivo
 
El estudiante de segundo año del programa, Sebastián Gaete Pérez, recuerda que en un principio "yo no tenía pensado seguir una carrera universitaria, pero el programa Propedéutico me dio la oportunidad de ingresar a la Universidad".
 
"Así llegué a Bachillerato y en este recorrido aprendí que una de las principales características del programa es su sello inclusivo permitiendo a estudiantes, como yo, tener una oportunidad para estudiar. También destaco el espíritu de compañerismo y la promoción del respeto".
 
Sobre el equipo de profesores/as, el joven asegura que "se caracterizan por transmitir valores tan importantes como el respeto, la humildad, solidaridad y empatía. Existen ramos que te hacen recordar lo frágiles que somos como seres humanos y lo importante que es amar lo que uno hace".
 
"Los profesores en 'Bachi' son personas inspiradoras, con un gran espíritu docente, preocupados siempre del alumno, y dedicados a poner sus esfuerzos en generar un pensamiento crítico de las cosas", añade Sebastián.
 
Diversidad y pluralismo
 
"Bachillerato me permitió aprender cosas que de otra forma no hubiese visto. Me gustó mucho que fuese un programa en Ciencias y Humanidades, y no sólo abarcara un área, puesto que me vi obligada a perseverar en entender algunas asignaturas que me costaban, como matemática, por ejemplo", cuenta la psicóloga Camila Álvarez Vera.
 
Para Camila, quien actualmente se desempeña en la Dirección de Salud de la Corporación Municipal de Quilpué, fue una excelente escuela para aprender a desarrollar su tolerancia a la frustración y expandir conocimientos fuera del área humanista. 
 
En ese sentido, la experiencia "me marcó porque pude darme cuenta que puedo lograr lo que me proponga, me hizo más fuerte, más tolerante a los desafíos y me preparó para enfrentarme de mejor forma después a la carrera que elegí".
 
La psicóloga destaca que la pluralidad es uno de los sellos distintivos del programa porque reúne personas de distintos niveles socioeconómicos, de distintas creencias, valores, religiones, etc. "Me formé como una persona y profesional con mucha conciencia social, con opiniones que no hubiese pensado tener cuando entré a la Universidad y eso se debe a que mis compañeros tenían opiniones a veces muy distintas a las mías", remarca. 
 
Para más información sobre la carrera ingrese aquí.
 

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