Dos investigaciones lideradas por el académico Celso Sánchez, de la Escuela de Ciencias de la Actividad Física, el Deporte y la Salud, buscan entregar antecedentes relevantes para comprender las características de esta extremidad. El objetivo de estos estudios financiados por la Dirección de Investigación Científica y Tecnológica (Dicyt) de la Universidad, es poder llegar a construir un perfil antropométrico del pie de los deportistas chilenos que practican barefoot running (trote descalzo).
La morfología del pie se adaptó a la marcha bípeda hace 4.400 millones de años y en ese proceso no tuvo participación el calzado. En base a este planteamiento, existen autores que defienden la práctica de actividad física descalza, pero a la fecha, no se conocen los procesos de adaptación anatómica del pie que permiten a un sujeto que siempre ha usado calzado, llegar a practicar prescindiendo de ellos.
Celso Sánchez, académico de la Escuela de Ciencias de la Actividad Física, el Deporte y la Salud, lidera dos estudios financiados por la Dirección de Investigación Científica y Tecnológica (Dicyt) de la Universidad a través de los que espera aportar nuevos antecedentes locales en esta materia con el objetivo, a largo plazo, de construir un perfil antropométrico del pie de deportistas chilenos que practican barefoot running.
De acuerdo a los antecedentes de este estudio realizado en la Universidad de Santiago de Chile, los deportistas que entrenan descalzos al menos una hora a la semana, tienen arcos del pie morfológicamente más normales y más saludables que los que utilizan zapatos deportivos.
El mejor calzado
En el último tiempo, se ha incrementado la práctica de algunas disciplinas deportivas que requieren de calzado especializado, no obstante, este zapato tiene una horma que obedece a modelos europeos, norteamericanos y asiáticos, en algunos casos, transformándose en un inconveniente para la población chilena pues no se sabe si esos moldes son apropiados.
Además, se ha incorporado la práctica de deporte descalzo (barefoot), corriente que ha ido ganando fuerza principalmente entre los runners. “Los defensores de esta modalidad de práctica deportiva manejan cierta evidencia que indica que su empleo es un factor protector de lesiones por sobreuso en las articulaciones de tobillo y rodilla fundamentalmente. La idea principal acá es descubrir qué adaptaciones morfológicas sufre el pie cuando es sometido a cargas sin la protección del calzado”, comenta.
Atendiendo a esta problemática el profesor Sánchez lidera un proyecto que compara las características morfológicas del pie de deportistas que practican descalzos y con zapatos especiales, proporcionando nuevos antecedentes a un tema nuevo.
“A la fecha no se conocían parámetros morfológicos del pie de sujetos chilenos que practicaran deporte de manera sistemática, de ahí la importancia de este estudio ya que es posible establecer un perfil del tipo de pie, con lo cual se pueden definir ciertos patrones comunes”, explica el académico.
La oferta de modelos y marcas de calzado deportivo es enorme, lo que pone al deportista en una encrucijada acerca de cuál es el mejor calzado. De acuerdo al académico, un zapato apropiado debe tener un calce perfecto, a medida, como se hacía varias décadas atrás cuando se mandaban a hacer a un zapatero especializado.
Según su arco plantar longitudinal medial, los deportistas pueden presentar pie plano, normal o cavo, condiciones que afectan la funcionalidad. Además, se pueden presentar pisadas en pronación, supinación o neutras, y también pueden haber mezclas de estas condiciones, por ejemplo, una persona puede tener un pie cavo y supinado en estática, pero al momento de correr se comporta como un pie plano y pronado.
Por otra parte, hay proporciones en las dimensiones del pie que hacen que sea angosto, normal o ancho. También pueden existir diferencias en la longitud de los dedos. Así cuando el segundo dedo es más largo que los demás se trata de un pie griego, idóneo para el uso de zapatos puntiagudos, mientras que cuando los dedos primero y segundo tienen la misma longitud se habla de un pie cuadrado, el pie más frecuente entre los chilenos estudiados. Las condiciones mencionadas anteriormente con un calzado equivocado pueden llevar a aumentar una condición patológica en el caso que exista, o promover la aparición de alguna con resultado en lesión osteo mio articular.
El investigador plantea que en el caso de corredores que en una carrera de 10 km pueden llegar a hacer 8000 apoyos en el pavimento, con una carga de 2,5 veces el peso corporal del corredor sobre el pie cada vez, es fácil comprender que un pie con algún desequilibrio tarde o temprano llevará a una lesión por sobreuso.
En este sentido, este estudio permitirá contar con un perfil antropométrico de la morfología del pie de deportistas, lo que servirá para tipificar a los deportistas locales
Características del estudio
En los estudios se evaluaron la longitud, ancho de antepié, ancho de retropié, altura navicular, fórmula digital y asimetría de pie en una muestra de deportistas universitarios que practicaban descalzos (16) y con calzado (29). También se evaluó la huella plantar empleando Arch Index.
A pesar que se obtiene como resultado que quienes practican descalzos tienen arcos plantares morfológicamente más normales y más saludables, no es posible concluir que existen diferencias significativas entre grupos en las variables estudiadas. Por esto, se hace necesario seguir ahondando con sujetos que hagan de la práctica descalza un hábito diario, identificando con ello las variables morfológicas que más se relacionan con la práctica descalza.
Los resultados fueron presentados en el XXXVII Congreso Chileno de Anatomía y XVIII Congreso del Cono Sur, realizado en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, los días 25, 26 y 27 de agosto.