Compromiso social y competencia es lo que demuestran cada verano estudiantes de quinto año de la Carrera de Arquitectura de la U. de Santiago, en distintas localidades hasta donde llegan para desarrollar prácticas profesionales voluntarias. Esta vez no ha sido la excepción y comunas de las regiones de Los Ríos y La Araucanía, se están beneficiando desde enero con iniciativas de asistencia técnica y servicios prestados a comunidades socialmente vulnerables.
Los jóvenes se han distribuido por grupos en las comunas de San Juan de la Costa (3), Purranque (4), Río Negro (3), San Pablo (4) y Puerto Octay (2), todas de la provincia de Osorno; y en la cordillerana comuna de Lonquimay (7), en la Región de La Araucanía. Hasta la última semana de febrero los universitarios trabajarán en forma mancomunada con los gobiernos locales y sus comunidades en la elaboración de proyectos de desarrollo que permitan mejorar la infraestructura local y el entorno.
El grupo es dirigido por el coordinador de prácticas, académico Carlos Richards, quien indica que esta iniciativa social de la Escuela de Arquitectura de la Universidad “busca que sus estudiantes pongan al servicio de la comunidad los aprendizajes adquiridos en sus años de estudio”.
Respecto del trabajo en terreno, el profesor explica que los estudiantes en forma voluntaria optan por el Programa de Prácticas en zonas alejadas y rurales. Los practicantes financian su traslado y ponen sus equipos (pc), software y destrezas intelectuales al servicio de los municipios y, éstos, por su parte, financian la permanencia.
La Universidad, en tanto, designa a un académico responsable que gestiona las prácticas, supervisa el desarrollo del programa, realiza visitas a terreno y – antes de iniciar el trabajo- suscribe un convenio de colaboración con el municipio beneficiario.
Responsabilidad social
En total son veintitrés los universitarios que realizan su práctica en esta zona del sur del país. Varios de ellos expresaron a la Prensa Austral de Osorno que la decisión de realizar su práctica lejos de su residencia, se debe al sello de responsabilidad social y compromiso con el desarrollo del país que la Universidad de Santiago les inculca en su proceso de formación profesional.
Cristina Varas, practicante de Arquitectura en San Juan de la Costa, puntualiza que su experiencia en esa comuna “ha sido muy gratificante y productiva. Hemos realizado tres proyectos arquitectónicos para el mejoramiento de las condiciones de vida de la población, entre ellos el diseño de un mirador, ya que esta zona tiene un alto potencial para el desarrollo turístico”.
El profesor Carlos Richards, por su parte, destaca que este trabajo en terreno “marca” el desarrollo profesional de los estudiantes de Arquitectura: “Tenemos arquitectos de nuestra Universidad que luego de la experiencia en las Prácticas Voluntarias de Gestión, se han radicado en lugares tan lejanos como Chiloé o Coyhaique, para desarrollarse profesionalmente y aportar a sectores sociales que lo necesitan. Muchos de ellos, luego de trabajar en sectores apartados, descubrieron que Santiago no es Chile”, remarca.
Asimismo, el académico Richards agrega que algunos estudiantes, comprometidos con las comunas donde han realizado sus prácticas, han elegido como investigaciones de título, problemas detectados en estos territorios.
Por último, el académico de la Escuela de Arquitectura plantea que las prácticas son valiosas, tanto para los municipios –porque cuentan durante varias semanas con el trabajo de practicantes competentes técnicamente para aumentar su cartera de proyectos- como para los universitarios “que desarrollan habilidades distintas a las adquiridas en la academia. En general, todos reconocen que la experiencia en estos lugares ha sido positiva en sus vidas”, concluye.