Estudiantes iraníes valoran Curso de Español para Migrantes del Plantel

Fatheme Ramezanpoor y Azadeh Shirzadi, alumnas del Curso de Español para Migrantes impartido por la Facultad de Humanidades, llegaron a Chile desde Irán hace 5 y 2 años, respectivamente, con la intención de cambiar sus vidas para buscar la concreción de sus proyectos y conocer nuevas culturas que las ayuden a desarrollarse como persona de forma más global. Este curso es una forma de hacerse cargo de la Responsabilidad Social Universitaria y se realiza con el trabajo comprometido de estudiantes de las carreras de Pedagogía en Castellano, Pedagogía en Inglés, Periodismo y Psicología.
Participan en el Curso de Español para Migrantes que imparte la Facultad de Humanidades de la Universidad de Santiago de Chile.

Fatemeh Ramezanpoor, en su país, trabajaba como profesora de ciencias y por las tardes era instructora de natación. Azadeh Shirzadi se desarrollaba como profesional del medioambiente preocupada por el cambio climático. Las dos cruzan el mundo para llegar a un país del que no tenían mayor conocimiento. Con el tiempo y conociendo a nuevas personas, empezaron a dominar de a poco un idioma que se les hace difícil, pero que es necesario manejar para facilitar su inserción social.

Con dicho propósito, participan en el  Curso de Español para Migrantes que imparte la Facultad de Humanidades de la Universidad de Santiago de Chile. El Dr. Manuel Rubio, uno de los académicos encargados del programa, nos detalla esta situación que no estaba dentro de la finalidad primaria del curso. "La inscripción de algunos iraníes al curso fue algo fortuito. No fue algo planificado. De todos modos, su llegada es una prueba fundamental de la necesidad de desarrollar acciones orientadas a derribar la barrera idiomática que muchos migrantes tienen para integrarse productivamente a la sociedad chilena. Seguramente, en los años venideros serán muchas las personas que emigren a Chile y que pueden tener esta necesidad. Desde esta perspectiva, es necesario reforzar este trabajo que es una concreción muy clara del principio de responsabilidad social universitaria, de la que nos hemos hecho cargo, a través de la enseñanza de español a migrantes con un enfoque  de Derechos Humanos”.

El ser inmigrante

-Fatemeh, ¿Cuál fue el motivo por el que te viniste a Chile y hace cuánto tiempo?

-Queríamos cambiar de lugar, en mi país hay personas que quieren seguir haciendo las cosas como están y otros que quieren cambiarla dando más derechos, pero al final siempre quedan para después. Nunca pensamos en Chile, habíamos visto Australia y Canadá. Había estudiado en Irán y trabajé como profesora de física. A mí me gustan dos temas, Ciencias y la Natación. Hay una rama que se llama Biomecánica, que es el contacto que existe entre la ciencia y el deporte que analiza la forma del deporte, pero primero he preferido el idioma para poder comunicarme mejor. Me gustaría hacer un camino para que mis hijas crezcan, puedan estudiar y elegir su futuro.

-Fatemeh, ¿Qué ha sido lo más difícil que han vivido en nuestro país y qué lo más beneficioso?

-Emigrar es muy difícil para todas las personas del mundo, sobre todo entender  el idioma y la cultura. En mi país aprendimos iraní, inglés y un poquito de árabe, pero en Chile hablan español, imagínate que no podía leer las letras. Por otra parte, tampoco sabíamos cómo hacer trámites para la visa, no había abogados en Extranjería que hablaran iraní, por eso nos sentimos desamparados y desorientados. Además, no contábamos con redes de apoyo que nos pudiesen guiar y como consecuencia, perdimos mucho capital porque no sabíamos qué negocio era bueno y cometimos muchos errores, pero eso ha cambiado mucho desde que llegué hace 5 años.
-Azadeh: Cuando llegué a Chile no me gustó nada, ahora que puedo hablar un poco de español me gusta, los chilenos son muy cariñosos con nosotros y ahora estamos conociendo mucho sobre la cultura, sobre los estudiantes y también de medioambiente.

El Curso y la posibilidad de surgir

-¿Cómo supieron del curso?

-Fatemeh: Cuando llegamos a Chile no había cursos gratuitos para extranjeros. Una amiga de Azadeh nos contó y dijo que era para haitianos y Azadeh mandó un correo a la U. de Santiago y nos respondieron con la aceptación de inmediato. De ahí, nosotras les avisamos a unos amigos que también vienen al curso, pero ellos participan de forma intermitente, porque a veces no pueden por su trabajo.

-Azadeh, ¿Cómo ha sido la relación que ustedes han tenido con los profesores y tutores del curso?

-Mis profesores han sido muy simpáticos y han tenido mucha paciencia, intentan ayudarnos a aprender. Tenemos un espacio amable en la sala de clases, me gustan mis compañeros, también. (Azadeh, tiene dos profesores, Cristopher y Bárbara).

-Fatemeh: Tenemos un grupo de whatsapp y los profesores son muy amables con el grupo. Cuando murió un compañero los vi muy afectados y eso fue muy importante para nosotros. Son muy serios para enseñar, un factor grande para que una profesora enseñe y la profesora Génesis tiene esa capacidad.

El Curso y la composición migrante

-Fatemeh, ¿Qué significó para ustedes tener compañeros haitianos?

-A mí siempre me gustó comunicarme con personas de otros países, pero la cultura de J’aití (Haití) era muy lejos a mi país y fue muy bueno conocerlos y ahora sabemos mucho de ellos, de sus religiones, lo que es vivir en Haití, su cultura es muy interesante.

-¿Y cómo los recibieron sus compañeros haitianos?

-Primero no les gustó mucho porque nos conocen como cultura árabe y las noticias no dicen todo lo bueno de mi país. Los haitianos son muy religiosos y las religiosas (da lo mismo la religión) tienden a no aceptar a los otros, pero yo acepto a Dios, soy musulmana, pero mi idea es diferente, por eso acepto a todos los humanos, con distinta cultura y religión. Yo puedo conversar con todos.

-Azadeh, ¿Qué es lo que más valoran del curso?

-El poder conocer gente de otros países, conocer culturas que es muy importante para nosotros los extranjeros y también para continuar con nuestro desarrollo. El tener un certificado de una universidad nos valida. Pienso que tenemos vergüenza para hablar, pero paso a paso al practicar nuevas palabras con nuestros compañeros, aprendemos a conversar mejor y eso ha provocado que tengamos una relación amable porque nos ayudamos y eso me pone muy contenta.

-Fatemeh, ¿Qué ha significado para ustedes que el curso tenga enfoque de derechos?

-Hicimos unos juegos donde aprendimos dos palabras muy importantes: Derechos Humanos y Dignidad, porque en Irán todas las palabras son palabra de Yavé, es como la ley. Aprendimos que cuando hablamos de mujeres, tenemos derechos, cuando hablamos de negros, sería racismo, cuando dices musulmanes, se relaciona con la religión y no con el terrorismo, por ejemplo. Con este juego, aprendimos a respetar dos cosas: lo que siente y piensa mi compañero, y segundo, es qué dicen los Derechos Humanos, eso nos llevó a conversar sobre los problemas que tenemos al estar en Chile y mis compañeros haitianos de sus problemas con el racismo. El curso va más allá de desarrollar un idioma, hablamos de dignidad, de cultura, de religiones, nos ayuda a conocernos.

Autor: 
Enzo Borroni Ricardi
Fotografía: 
Facultad de Humanidades