Motivada por cumplir su rol social, la ex estudiante de nuestra Casa de Estudios se incorporó hace nueve años al servicio público y hace ocho pertenece a esta Fundación sin fines de lucro. La labor prioritaria de la entidad es otorgar atención gratuita e integral en el área neuropsicobiológica a niños menores de 3 años en situación de vulnerabilidad, asistencia que se extiende a sus madres.
A 9 años de haberse titulado de la carrera de Medicina General que se imparte en el Plantel, la Doctora Paola Astudillo ha consolidado una carrera profesional enfocada en aplicar su vocación, fortaleciendo la atención pública y permitiendo el acceso a la salud a la población más vulnerable.Tras titularse, la profesional comenzó a trabajar en un consultorio público, donde se percató que la atención no era personalizada y complicaba la realización y el cumplimiento de un plan de salud en la primera infancia, fue entonces cuando la contactó el Dr. Pedro Aguilar, académico del plantel y coordinador del campus clínico en Hospital El Pino, quien le ofreció incorporarse a la Fundación sin fines de Lucro Patronato Madre e Hijo.“Me gusta mucho la salud pública. Sin embargo, en el consultorio no tienes a un paciente de manera permanente. Entonces me hizo sentido esta Fundación porque se les puede hacer seguimiento Hasta los 3 años de edad, que son los años más importantes del desarrollo integral de un niño, es donde puedes hacer cambios a través de una familia en condiciones de vulnerabilidad, aplicando tratamientos de salud mental, terapias con kinesiología motora, con fonoaudiología, entre otros”, explica.Pasión por la MedicinaPaola relata que su gusto por la Medicina ha existido desde siempre. Sus primeros indicios de acercarse al área de Medicina infantil surgieron cuando tenía 10 años, gracias a una de sus tías Pediatra Neonatóloga que atendía a las menores de su familia con una consulta personalizada.Y pese a que en algún momento pensó en estudiar otras carreras relacionadas, su vocación primó, “yo solo sabía que tenía que atender niños, pero no sabía lo que significaba en la práctica, sobre todo el tema de los turnos, que al principio me chocó un poco”, indica.Para Paola, estudiar en la U. de Santiago siempre fue su primera opción, según cuenta fue su padre quien le inculcó la pasión por esta casa de estudios, debido a que estudió en el plantel, en la Facultad de Administración y Economía. “Siempre fue la opción, y me gustó más cuando leí su enfoque en salud pública y el hecho de que llegasen tantos estudiantes de todos lados, con un mundo tan universal, que vuelve muy entretenido el conocer todo tipo de personas, ideologías, pensamientos, de clases sociales, uniendo visiones”, sostiene.Vocación por el servicio social en la U. de SantiagoCon evidente emoción, Paola menciona el cariño que tiene a la U. de Santiago, “hay cosas que mejorar como en todos lados, el tema de estructura y orden no fueron sus mayores cualidades pero el enfoque de la proactividad me sirvió demasiado en mi carrera. Te enseñan a salir, a hacer las cosas, a ser proactivo, a ser parte del equipo; nunca me consideré tan alumna. Se llega al hospital en segundo año de Medicina y ya empiezas a ser parte del entorno. En la USACh te dan muchas responsabilidades y debes hacerte parte de.”, explica.“Rescato mucho la formación que me dieron mis profesores. Rescato la autonomía que te da la Universidad y su enfoque público. Es algo que agradezco, ya que me permitió desde muy joven conocer la realidad de la salud pública en Chile, mediante los internados. La formación en el plantel te hace sentir la necesidad de ser parte de, y poder hacer cambios, y es por ello que hoy más del 80% de mis compañeros trabajan en el sector público”, agrega la doctora.Trabajo en la Fundación Patronato Madre e HijoLuego que se titulara de Medicina General en el año 2007, la joven doctora se casó y comenzó a trabajar en un Consultorio Público. Motivada por cumplir su vocación de servicio público y social, aceptó el ofrecimiento de uno de sus tutores en Medicina, nuestro académico Dr. Pedro Aguilar, siendo contratada en julio del año 2008 por el Patronato Madre e Hijo.Junto con desempeñar funciones como Coordinadora Médica y atención de pacientes -gracias a un convenio entre la Universidad de Santiago con la Fundación- la egresada comenzó a impartir docencia a estudiantes del Plantel, quienes realizan pasantías de dos semanas en la Fundación, otorgando apoyo en seminarios, labores asistenciales y actividades de protocolo.En el centro, la doctora proporciona atención integral a las madres y niños menores de 3 años, según explica “nosotros hacemos control médico que consiste en control nutricional, de desarrollo psicomotor, control de movilidad, control social, entregamos leche maternizada a los menores que la requieren y fomentamos la lactancia materna. También nos derivan muchos niños con alergias a proteínas de vaca que requieren leches especiales y contamos con un stock de medicamentos muy amplio, por lo tanto intentamos tratar las enfermedades de nuestros niños acá”.La Fundación funciona con aportes de privados, particulares y campañas, fondos con los que garantizan ayuda a niños en situación de vulnerabilidad. También atienden a niños supervisados por programas del Sename, e incluso pueden pesquisar vulneraciones a los derechos de niños que son atendidos en el centro, otorgando un plan de prevención familiar.Su desafío profesional es claro: “hacer crecer esta fundación, dedicarme a la primera infancia, ojalá acá o si no donde me pueda proyectar trabajando con niños que se encuentren en situación de vulnerabilidad, ese es mi enfoque. Pienso en los niños del Sename y me gustaría ayudar ahí, poder involucrarme en políticas públicas, etc., y tratar de aportar aunque sea con un grano de arena para poder sacar a esos menores de esa organización, devolverlos a su familia y tratar de desarrollar de manera integral esa familia, ese es mi sueño”, explica la doctora.