Programa de educación internacional:

U. de Santiago recibe por primera vez a un estudiante del MIT para realizar una pasantía

Se trata de Enriko Granadoz Chávez, perteneciente a segundo año de Ingeniería en Ciencia de los Materiales, quien se convirtió en el primer estudiante del prestigioso Massachusetts Institute of Technology que se desempeñará durante una temporada en nuestro Plantel. El joven llegó a la U. de Santiago a través del programa Misti del MIT, cuyo objetivo es financiar y fortalecer la conexión y colaboración entre pares de Casas de Estudios, principalmente enfocado a la investigación. “Espero que desde ahora más estudiantes del MIT lleguen a esta Universidad, donde me acogieron con calidez y tuve una experiencia muy enriquecedora”, puntualiza el estudiante.
En su paso por nuestro Plantel, Enriko pudo conocer otra realidad, y es que según él, acá es más fácil conversar con un académico. “Si quiero hablar con un profesor en el MIT, debo enviarle un correo y luego esperar que responda. En cambio aquí solo iba a su oficina y me recibían cordiales”, destacó.

MISTI, o Iniciativas Internacionales de Ciencia y Tecnología del MIT, es un programa de educación internacional pionero del Massachusetts Institute of Technology. Su objetivo es que los estudiantes desarrollen habilidades de liderazgo global cruciales.

A través de éste, los jóvenes pueden realizar pasantías e investigaciones en el extranjero. Asimismo, promueve la innovación, facilita la colaboración y el desarrollo de alianzas con empresas líderes, institutos de investigación y universidades de todo el mundo.

Y fue gracias a este programa que llegó a nuestro Plantel el estudiante de segundo año de Ingeniería en Ciencia de los Materiales del MIT, Enriko Granadoz Chávez.

“Envié correos a otras universidades y la U. de Santiago fue una de ellas. Tuve suerte de que me respondieran y me escogieran, porque me interesó su historia, la cultura y rol social”, puntualizó el joven que pasó tres meses en el país.

Granadoz, oriundo de El Paso (Texas), se convirtió en el primer estudiante del MIT en llegar a realizar una pasantía a nuestra Casa de Estudios, lo cual viene a estrechar vínculos entre la U. de Santiago con el Instituto de Massachusetts.

Experiencia

En nuestra Universidad, Enriko se integró al Departamento de Física, donde trabajó en un proyecto de Física de Fluidos con el Dr. Leonardo Gordillo. Este consiste en estudiar cómo los fluidos en rotación pueden tener propiedades atípicas frente al impacto.

“Mi experiencia académica ha sido fenomenal. Las personas acá me han ayudado harto a aprender. Han sido amables y humildes dejándome aprender cosas nuevas. Sé que si hubiera ido a otro lugar se hubieran frustrado enseñándome cosas, pero gracias a las personas de acá me he sentido muy bien. He aprendido mucho”, remarca.

En su paso por nuestro Plantel, Enriko pudo conocer otra realidad, y es que según él, acá es más fácil conversar con un académico. “Si quiero hablar con un profesor en el MIT, debo enviarle un correo y luego esperar que responda. En cambio aquí solo iba a su oficina y me recibían cordiales”, destacó.

Respecto a los estudiantes, el joven resaltó la amabilidad con la que lo acogieron. “Nunca tuve un problema. Me invitaron a jugar fútbol, lo que fue una gran experiencia para mí porque me encanta ese deporte. Además hice una clase de Física en el PAIEP. Me voy feliz de conocer una hermosa cultura”, resalta.

Por ahora, sostiene Enriko, el plan es que más estudiantes del MIT puedan ser recibidos por la U. de Santiago. “Voy a trabajar para que otros compañeros vengan”, asegura.

Por su parte, el profesor Gordillo sostiene que la llegada de un estudiante del MIT “fue muy desafiante”. No obstante, recalcó que lo “halagador que resultó que un alumno  del Instituto nos escribiera para indicarnos que estaba interesado en trabajar con nosotros”.

“La idea es que la Universidad de Santiago se haga conocida en el MIT y que todos los años el Plantel siga recibiendo estudiantes”, agrega el Dr. Gordillo, profesor asistente del Departamento de Física.

Autor: 
Carolina Reyes Salazar
Fotografía: 
Marco Avilés