Junto a todos los equipos que componen la Prorrectoría, el viernes 24 de mayo, el prorrector, Dr. Cristian Muñoz Canales, lideró una jornada de trabajo orientada a aunar objetivos, analizar propuestas y avanzar en temas organizacionales de su área. El principal aspecto que se revisó fue el Plan Estratégico Institucional al 2030 (PEI vigente), donde se presentaron ajustes necesarios a cuatro años de su puesta en marcha.
El PEI vigente es una guía de navegación planificada hasta el 2030, sin embargo, se generó antes de la pandemia, por lo tanto, era necesario actualizarlo. Al prorrector Cristian Muñoz le correspondió realizar este proceso de ajuste y en la jornada del viernes 24, se presentaron diagnósticos e iniciativas de una nueva propuesta que oriente el desarrollo de nuestra universidad.
“El Plan Estratégico estará ahora alineado con los nuevos criterios de acreditación, con el plan de gobierno, con el plan de mejora, con el Nuevo Estatuto Orgánico y con el nuevo Modelo Educativo Institucional”, explica el Dr. Cristian Muñoz, agregando que esos aspectos estarán correlacionados con nuevas exigencias del contexto interno y externo, en una época pospandemia, con otras tecnologías que deben estar integradas a la visión de la Universidad para el 2030. “Tuvimos la primera jornada que consistió en presentar la propuesta de este nuevo plan y de trabajo. Esta propuesta considera un ajuste en algunos de sus objetivos estratégicos y va a ser presentada y trabajada con la comunidad”, asegura.
Explica que entre los énfasis de la revisión del PEI se busca que al 2030 la investigación esté muy asociada al desarrollo tecnológico, algo que caracteriza los inicios de nuestra historia universitaria. También se refirió a la iniciativa “universidad digital”, que pretende “que la lógica con la que trabajamos sea digital, pero no solamente de cursos, sino que toda nuestra actividad y todo lo que hacemos tenga un soporte tecnológico de punta y, obviamente, muy superior a lo que tenemos hoy”.
A la vez, señala que los otros aspectos relevantes tienen que ver con “tener la infraestructura que queremos: moderna, que sea pertinente y sustentable”, sobre todo para abordar temas de inclusión y vinculación territorial. “El Desarrollo territorial sustentable implica un desarrollo gigante en términos de infraestructura para la universidad, lo mismo que la universidad digital. Entonces, ahí nos estamos jugando el soporte que necesita esta universidad en el siglo 21. Al mismo tiempo, nos motiva mucho la idea de que nuestra contribución en términos tecnológicos al país sea más profunda”, indica.
Desafíos de Infraestructura
La relación de la universidad con su campus inserto en el entorno de la ciudad es justamente parte del trabajo que realiza la Dirección de Planificación y Desarrollo Territorial, que es parte de la Prorrectoría. Ha sido esta área a la que le ha correspondido dar respuesta a las mejoras en el campus y con su entorno.
“Nos interesa un plan de corto y mediano plazo, donde resolvamos muchos temas de mantención que permitan que el campus se sostenga, porque tenemos un plan mucho más ambicioso de mediano plazo en construcciones”, adelanta el prorrector, mientras que Sebastián Vizcarra, a cargo de la Dirección de Planificación y Desarrollo Territorial explica el contexto en que se están trabajando los desafíos: “desde hace un tiempo venimos trabajando con la Municipalidad en el plan regulador de la comuna en la zona que afecta a la universidad”. El arquitecto explica que este paso permitirá desarrollar todos los planteamientos que la universidad requiere en infraestructura de los edificios, y que ya hay acuerdos en algunos aspectos sobre altura, distanciamiento y constructibilidad. Una vez resuelto ese manto normativo, vendrán dos lineamientos: el primero es que se necesitan edificios nuevos para aumentar la infraestructura de la universidad, y en paralelo, hay que hacerse cargo de lo existente y subirle el estándar, de manera que se logre un punto de equilibrio entre lo que tenemos y lo nuevo.
Hacerse cargo de lo existente es una tarea que viene desarrollando a través del actual Plan de Invierno 2024, que ha buscado resolver los problemas en distintos sitios del campus debido a la falta de mantenimiento en años anteriores. Esto se hizo evidente con el crecimiento descontrolado de árboles cuyas ramas dañaron techumbres y canaletas en algunos edificios permitiendo el deterioro de las cubiertas.
“Nos hacemos cargo de una serie de temas de mantención que no se habían abordado”, explica el director y agrega que el Plan considera podas y mantenciones a las cubiertas de edificios, así como bajadas de aguas-lluvias para evitar que el agua se apose y el problema pase al suelo. Se han dispuesto 4 cuadrillas en terreno para solucionar estos problemas: revisando las cubiertas y poniendo sellos, cortando las ramas y despejando las canaletas. También se han encontrado con techos que necesitan intervenciones mayores, porque con los años las estructuras se han dañado y es necesario cambiarlas completamente. “Tenemos más de 200 edificios con cubiertas de todos los tipos: latas, cemento, tejas, entonces la tipología también ha aportado complejidad para abordar las mejoras”, acota Vizcarra.
En este ámbito, el prorrector explica que las podas complejas también atañen a la Vicerrectoría de Finanzas y Logística, donde está el Departamento de Campus y el personal de jardines y ornato, y que en casos más críticos es necesaria la intervención de empresas especializadas. “Lo complejo es que nunca se había hecho un plan de mantención de esta magnitud, pero este plan va a terminar con un protocolo que va a establecer cómo debe hacerse la mantención preventiva anual. Entonces, no solamente estamos resolviendo un problema de algo que nunca se había hecho, sino que además el insumo principal que vamos a dejar de este proceso es un programa de mantención preventiva anual”, indica.