Estudiantes de Arquitectura obtienen segundo lugar nacional en prestigioso concurso

Con el proyecto “Núcleo Hídrico”, tres alumnos de quinto año de la Escuela de Arquitectura alcanzaron el segundo lugar en la competencia que se realiza desde 1986 por la empresa CAP para incentivar el uso del acero. La propuesta es un centro de innovación que, a través de su fachada, captura y recupera aguas en la comuna de Alto Hospicio.

Estudiantes de Arquitectura de la Usach obtuvieron el segundo lugar en el prestigioso concurso nacional Cap 2019, dirigido a alumnos de esta carrera. Se trata de Oriana Flores Loyola, Carla González Lizana y André Dalgalarrando Gajardo, quienes cursan quinto año y que fueron acompañados por el profesor Rodrigo Aguilar.El certamen, que se realiza desde 1986, es financiado por la Compañía de Acero del Pacífico y busca poner en valor las propiedades del acero e introducir a los estudiantes en las particularidades de su diseño.“Para nosotros siempre es un orgullo representar a la Escuela en competiciones externas y también nos permite evaluar el trabajo docente que se hace en la Usach y medirlo con otros planteles”, sostiene el académico y profesor guía del grupo ganador, Rodrigo Aguilar.Núcleo hídricoLos jóvenes forman parte del Taller de Diseño Arquitectónico, que busca integrar los conocimientos y habilidades que han cultivado los estudiantes de primero a cuarto año, y prepararlos para enfrentar proyectos de complejidad media y alta.El Taller está compuesto por tres secciones. Durante el primer semestre, todos los alumnos participan en competencias y este año fue el caso de CAP y Corma.La Escuela de Arquitectura es parte del concurso de la Compañía de Acero del Pacífico desde 2008. El tema del presente año fue diseñar una Fábrica de Ideas e Innovación.El grupo que se quedó con el segundo lugar propuso un proyecto basado en el problema de la escasez hídrica en el país y el mundo. “Queríamos dar soluciones a un problema real”, sostuvo la estudiante Carla González.“Núcleo Hídrico” es el nombre de la iniciativa que consiste en el diseño del edificio de un Centro de Innovación, cuya fachada es capaz de captar la camanchaca. Ésta se condensa en una malla, pasa por un proceso de limpieza y es inyectada a la red comunal.“Escogimos Alto Hospicio, en el norte de Chile, porque es una localidad empobrecida y con una gran estigmatización social. Pensamos que era un buen lugar para generar un impacto y apoyar a la comunidad”, explica Oriana Flores.Para André Dalgalarrando este es el resultado del sello de la Escuela que “redunda en lo social y en lo técnico. A diferencia de otras Universidades, nos especializan en solucionar problemas urbanos, comunales y sociales”, declara.

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