A raíz de los resultados de la campaña ExoWorlds 2022 de la Unión Astronómica Internacional (IAU), un grupo de investigadoras e investigadores de la Usach, hicieron realidad el propósito de dar nombre a un exoplaneta y su estrella enana roja con denominaciones de flores originarias de nuestro país.
Las doctoras Carla Hernández e Irma Fuentes y el doctor Sebastián Pérez, personal investigador de la Facultad de Ciencia, presentaron los apelativos Añañuca y Tahay, los cuales fueron elegidos entre más de 600 propuestas de 91 países.
El Dr. Pérez, director interino del Centro de Estudios Interdisciplinarios en Astrofísica y Ciencias Espaciales (Ciras) sostuvo que este proceso fue muy importante para la astronomía, especialmente porque hace 30 años el mundo científico era bastante escéptico frente al hallazgo y estudio de exoplanetas y hoy valora su excepcional diversidad.
“Resulta inspirador que a través de esta iniciativa se vea reflejada la diversidad en diferentes culturas que ahora tienen la oportunidad de dar nombre a estos exoplanetas. Por eso encuentro relevante que un sistema exoplanetario como Añañuca y Tahay, lleven el nombre de flora nativa nacional, y que, además, sean en el futuro estudiados en detalle por el Telescopio Espacial James Webb”, enfatizó el astrónomo.
La directora de Vinculación con el Medio de la Facultad de Ciencia, Dra. Carla Hernández, explicó que si se descubre un nuevo exoplaneta como Tahay, que esté orbitando a la estrella Añañuca, su nombre también será el de una flor endémica de Chile.
“Esto es algo maravilloso porque se está reconociendo el valor cultural que tienen estos nombres, que los hacen dignos de ser asignados a objetos celestes. Es un tremendo legado para las futuras generaciones en nuestro país y un logro que nos llena de orgullo”, señaló la académica.
La investigadora postdoctoral del Núcleo Milenio YEMS, Irma Fuentes, quien fue parte del equipo que lideró el envío de la propuesta, manifestó sentirse feliz “sobre todo porque el proceso fue participativo. Recibimos más de 70 propuestas que estuvieron asociadas a flora, fauna y volcanes chilenos; de esas seleccionamos 20 para una votación popular”, expresó.
Añañuca, pertenece a la estrella GJ 367, que se localiza a unos 31 años luz de distancia de la Tierra y se distingue por ser de tamaño pequeño y de color rojo. Su nombre se debe a esta flor endémica de nuestro país que crece de manera silvestre entre las regiones de Coquimbo y del Maule y que posee similar tonalidad.
El exoplaneta GJ 367 B, que orbita esta estrella, fue denominado Tahay, en honor a la flor originaria de la zona central de Chile, que tiene como característica su exigua duración luego de florecer, entre 7 y 8 horas. Este ciclo apunta a la permanencia de un año en el exoplaneta, que sólo en 7,7 horas consuma la órbita de esta estrella.
El proceso fue iniciado en octubre del año pasado, y el resultado se publicó el recién pasado 7 de junio. “Ha sido extenuante, pero ha valido la pena, y nos llena de orgullo darlo a conocer a toda la comunidad universitaria, así como también al resto del país”, concluyó la Dra. Hernández.
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Añañuca y Tahay son las denominaciones elegidas por un equipo conformado por científicas y científicos de la Facultad de Ciencia, pertenecientes al Centro Interdisciplinario de Estudios de Astrofísica y Ciencias Espaciales (Ciras) y el Núcleo Milenio YEMS, quienes se adjudicaron un concurso internacional para apadrinarlos y darle nombre a estos objetos celestes.
Redacción
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