Aún no hay fecha para retomar las actividades presenciales en la Universidad de Santiago, sin embargo, las autoridades junto con equipos técnicos comenzaron a planificar las acciones necesarias para el eventual y paulatino retorno a algunas funciones, como por ejemplo, el trabajo experimental en laboratorios.
Para enfrentar esta nueva forma de habitar nuestro Plantel, se creó una comisión ad hoc para organizar el repoblamiento del Campus, liderada por Prorrectoría, junto a las Vicerrectorías de Investigación, Desarrollo e Innovación y de Apoyo al Estudiante, Administración del Campus y gremios.
Este equipo también incluye un grupo de profesionales de la Facultad de Ciencias Médicas de áreas como salud pública, higiene y bioseguridad, quienes elaboraron un documento orientado a transformarse en una hoja de ruta para la implementación de medidas de cuidado. Entre las normas propuestas se señala el distanciamiento físico, uso de máscaras faciales y elementos de protección, aumento de la desinfección y ventilación, y disminución de la densidad del Campus, entre otras.
Con base en el documento, la comisión se encuentra trabajando ya en el plan de ingreso seguro, que considera diversas etapas orientadas a avanzar con cautela: primero, en una apertura parcial se incorporarían las actividades de investigación que requieren presencia, como las experimentales en laboratorios; más adelante, se considerará el ingreso de algunos funcionarios y académicos prioritarios; y finalmente se analizará el acceso a algunas actividades de docencia.
Ingreso selectivo
La propuesta excluye a las personas mayores de 65 años, a quienes sufran enfermedades crónicas, a embarazadas, a quienes tengan niños pequeños a su cuidado, y personal asignado para continuar con teletrabajo.
El ingreso seguro propone distintos protocolos. El primero, que se aplicará en las puertas de entrada al campus, exige porte de credencial universitaria, autorización previa y toma y registro de temperatura corporal como medidas principales. Luego, cada edificio demandará permisos exclusivos de acceso con responsabilidad de las jefaturas y normas de autocuidado al interior.
Finalmente, en el caso de los laboratorios se permitirá el uso por turnos y considerando la cantidad máxima de personas para mantener el distanciamiento y las medidas de seguridad necesarias. También habrá una normativa para abandonar el Campus en los horarios que se indique, ya que se hará necesario coordinar la sanitización, circuito de salida y la seguridad antes del ingreso de nuevos turnos.
Junto con esto, el plan incluye un programa de trazabilidad que hará seguimiento a quienes ingresen a las instalaciones del Plantel, para alertar ante cualquier sospecha de contagio con eventual cierre del lugar.
La Dra. Matilde Maddaleno, especializada en salud pública y epidemiología, señaló a nombre del grupo de Ciencias Médicas para enfrentar el COVID-19, que el plan “define de manera colectiva las fases y adaptaciones necesarias para enfrentar la incertidumbre” producida por la inédita pandemia, y que “es una propuesta ad hoc para esta Universidad, que cuenta con Campus extenso y gran número de estudiantes, funcionarios y trabajadores. Recoge experiencias internacionales, recomendaciones de la OPS, OMS, de la autoridad sanitaria chilena y revisión de evidencia en la literatura científica”, precisó.
La experta subrayó que la información es clave para la ejecución de las medidas, así como para comprender quiénes podrían retornar, considerando factores de riesgo, edad, acceso a Internet, condiciones de la vivienda, seguridad alimentaria y uso de transporte. “El que este plan funcione, requiere que cada integrante de la comunidad universitaria, se haga partícipe, generando la adherencia necesaria, y a su vez el cambio de conducta social que se requiere en esta nueva forma de vivir, conviviendo con la pandemia por COVID-19”, indicó.
El vicerrector de Investigación, Desarrollo e Innovación, Dr. Julio Romero, recordó que desde el estallido social, las labores de investigación y la gestión administrativa se han complejizado, sin embargo, ha habido compromiso por mantenerlas (mediante el trabajo a distancia y con el apoyo de plataformas en línea) para facilitar el avance, aunque sea parcial de los proyectos; junto con esto, se han instalado medidas específicas en la Dicyt y la DGT para extender plazos y cambiar objetivos; también se ha mantenido contacto con las agencias de financiamiento, como ANID, para facilitar el desarrollo de las investigaciones.
Por otra parte, están funcionando los laboratorios que colaboran con la detección de casos COVID-19 en alianza con el sistema público de salud, y también han permanecido otras labores consideradas críticas en algunos laboratorios (con un flujo mínimo de personas) para el mantenimiento de equipos, del bioterio o de investigaciones que requieren cuidado especial para evitar daño permanente al trabajo que realizan.
El vicerrector Romero llamó a la comunidad universitaria a que “tenga la tranquilidad que el retorno se hará tomando en cuenta todas las capacidades disponibles” en nuestra Casa de Estudios, además de la opinión de expertos y la participación multiestamental, pero destacó que es necesario que las “instrucciones sean seguidas de manera rigurosa y una capacidad de adaptación a esta nueva realidad que requerirá del esfuerzo, la comprensión y la disciplina de todos los actores universitarios”.
Genaro Arriagada, presidente de la Afusach, también integra la comisión para el ingreso seguro y especificó que si bien el desarrollo del plan avanza considerando varias alternativas, estará destinado a considerar unas 250 personas, que no estén en grupos de riesgo, para que accedan por turnos antes o después de almuerzo, porque no se considera la apertura de casinos, así como tampoco de sala cuna, ni jardín infantil.
El representante gremial enfatizó que este “pre retorno” se orientará a las actividades prioritarias, pero para saber justamente qué actividades son prioritarias y cuáles no tanto, es que se apelará al Comité Campus Seguro para que “clarifique la prioridad” de la actividad presencial.
Renato Durán, jefe de la Unidad de Gestión de Campus, advirtió que “para pensar en el repoblamiento, tenemos que pensar que la Universidad nunca va a exponer a las personas a posibles situaciones de contagio”, por eso, enfatizó que la idea es avanzar con cautela, siguiendo disciplinadamente los protocolos y que ante cualquier situación de riesgo o incierta, se pueda detener el acceso atendiendo a la trazabilidad que también está incorporada en el proyecto.
El jefe de Campus señaló que se han estado monitoreando las experiencias de otras instituciones en Europa y sus medidas de control, analizando opciones y preparando los protocolos para permitir el ingreso o saber cuándo no permitirlo.
La población flotante de la Universidad de Santiago bordea las 25 mil personas y claramente este número deberá descender, pero además, los que ingresen deberán cumplir los turnos, porque cuando finalicen habrá cuadrillas para higienizar, que deben capacitarse especialmente. “Es necesario extremar las medidas de sanitización –acotó- para que la gente que pueda volver lo haga tranquila”.
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Una nueva comisión especial para el campus seguro está desarrollando un plan que permita retomar ciertas funciones y mantener control sobre los accesos para evitar contagios de COVID-19. El proyecto pone énfasis en el autocuidado y considera distintas etapas además de turnos, sectorización, elementos de protección, sanitizaciones continuas y medidas especiales para cuando la autoridad nacional sanitaria autorice la apertura.
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